La Inquisición

Inquisición, institución judicial creada por el pontificado en la edad media, con la misión de localizar, procesar y sentenciar a las personas culpables de herejía. En la Iglesia primitiva la pena habitual por herejía era la excomunión. Con el reconocimiento del cristianismo como religión estatal en el siglo IV por los emperadores romanos, los herejes empezaron a ser considerados enemigos del Estado, sobre todo cuando habían provocado violencia y alteraciones del orden público. San Agustín aprobó con reservas la acción del Estado contra los herejes, aunque la Iglesia en general desaprobó la coacción y los castigos físicos.

Orígenes

En el siglo XII, en respuesta al resurgimiento de la herejía de forma organizada, se produjo en el sur de Francia un cambio de opinión dirigida de forma destacada contra la doctrina albigense. La doctrina y práctica albigense parecían nocivas respecto al matrimonio y otras instituciones de la sociedad y, tras los más débiles esfuerzos de sus predecesores, el papa Inocencio III organizó una cruzada contra esta comunidad. Promulgó una legislación punitiva contra sus componentes y envió predicadores a la zona. Sin embargo, los diversos intentos destinados a someter la herejía no estuvieron bien coordinados y fueron relativamente ineficaces.

La Inquisición en sí no se constituyó hasta 1231, con los estatutos Excommunicamus del papa Gregorio IX. Con ellos el papa redujo la responsabilidad de los obispos en materia de ortodoxia, sometió a los inquisidores bajo la jurisdicción del pontificado, y estableció severos castigos. El cargo de inquisidor fue confiado casi en exclusiva a los franciscanos y a los dominicos, a causa de su mejor preparación teológica y su supuesto rechazo de las ambiciones mundanas. Al poner bajo dirección pontificia la persecución de los herejes, Gregorio IX actuaba en parte movido por el miedo a que Federico II, emperador del Sacro Imperio Romano, tomara la iniciativa y la utilizara con objetivos políticos. Restringida en principio a Alemania y Aragón, la nueva institución entró enseguida en vigor en el conjunto de la Iglesia, aunque no funcionara por entero o lo hiciera de forma muy limitada en muchas regiones de Europa.

Dos inquisidores con la misma autoridad --nombrados directamente por el Papa-- eran los responsables de cada tribunal, con la ayuda de asistentes, notarios, policía y asesores. Los inquisidores fueron figuras que disponían de imponentes potestades, porque podían excomulgar incluso a príncipes. En estas circunstancias sorprende que los inquisidores tuvieran fama de justos y misericordiosos entre sus contemporáneos. Sin embargo, algunos de ellos fueron acusados de crueldad y de otros abusos.

Procedimientos

Los inquisidores se establecían por un periodo definido de semanas o meses en alguna plaza central, desde donde promulgaban órdenes solicitando que todo culpable de herejía se presentara por propia iniciativa. Los inquisidores podían entablar pleito contra cualquier persona sospechosa. A quienes se presentaban por propia voluntad y confesaban su herejía, se les imponía penas menores que a los que había que juzgar y condenar. Se concedía un periodo de gracia de un mes más o menos para realizar esta confesión espontánea; el verdadero proceso comenzaba después.

Si los inquisidores decidían procesar a una persona sospechosa de herejía, el prelado del sospechoso publicaba el requerimiento judicial. La policía inquisitorial buscaba a aquellos que se negaban a obedecer los requerimientos, y no se les concedía derecho de asilo. Los acusados recibían una declaración de cargos contra ellos. Durante algunos años se ocultó el nombre de los acusadores, pero el papa Bonifacio VIII abrogó esta práctica. Los acusados estaban obligados bajo juramento a responder de todos los cargos que existían contra ellos, convirtiéndose así en sus propios acusadores. El testimonio de dos testigos se consideraba por lo general prueba de culpabilidad.

Los inquisidores contaban con una especie de consejo, formado por clérigos y laicos, para que les ayudaran a dictar un veredicto. Les estaba permitido encarcelar testigos sobre los que recayera la sospecha de que estaban mintiendo. En 1252 el papa Inocencio IV, bajo la influencia del renacimiento del Derecho romano, autorizó la práctica de la tortura para extraer la verdad de los sospechosos. Hasta entonces este procedimiento había sido ajeno a la tradición canónica.

Los castigos y sentencias para los que confesaban o eran declarados culpables se pronunciaban al mismo tiempo en una ceremonia pública al final de todo el proceso. Era el sermo generalis o auto de fe. Los castigos podían consistir en una peregrinación, un suplicio público, una multa o cargar con una cruz. Las dos lengüetas de tela roja cosidas en el exterior de la ropa señalaban a los que habían hecho falsas acusaciones. En los casos más graves las penas eran la confiscación de propiedades o el encarcelamiento. La pena más severa que los inquisidores podían imponer era la de prisión perpetua. De esta forma la entrega por los inquisidores de un reo a las autoridades civiles, equivalía a solicitar la ejecución de esa persona.

Aunque en sus comienzos la Inquisición dedicó más atención a los albigenses y en menor grado a los valdenses, sus actividades se ampliaron a otros grupos heterodoxos, como la Hermandad, y más tarde a los llamados brujas y adivinos. Una vez que los albigenses estuvieron bajo control, la actividad de la Inquisición disminuyó, y a finales del siglo XIV y durante el siglo XV se supo poco de ella. Sin embargo, a finales de la edad media los príncipes seculares utilizaron modelos represivos que respondían a los de la Inquisición.

El Santo Oficio

Alarmado por la difusión del protestantismo y por su penetración en Italia, en 1542 el papa Pablo III hizo caso a reformadores como el cardenal Juan Pedro Carafa y estableció en Roma la Congregación de la Inquisición, conocida también como la Inquisición romana y el Santo Oficio. Seis cardenales, incluido Carafa, constituyeron la comisión original, cuyos poderes se ampliaron a toda la Iglesia. En realidad, el Santo Oficio era una institución nueva vinculada a la Inquisición medieval sólo por vagos precedentes. Más libre del control episcopal que su predecesora, concibió también su función de forma diferente. Mientras la Inquisición medieval se había centrado en las herejías que ocasionaban desórdenes públicos, el Santo Oficio se preocupó de la ortodoxia de índole más académica y, sobre todo, la que aparecía en los escritos de teólogos y eclesiásticos destacados.

Durante los 12 primeros años, las actividades de la Inquisición romana fueron modestas hasta cierto punto, reducidas a Italia casi por completo. Cuando Carafa se convirtió en el papa Pablo IV en 1555 emprendió una persecución activa de sospechosos, incluidos obispos y cardenales (como el prelado inglés Reginald Pole). Encargó a la Congregación que elaborara una lista de libros que atentaban contra la fe o la moral, y aprobó y publicó el primer Índice de Libros Prohibidos en 1559. Aunque papas posteriores atemperaron el celo de la Inquisición romana, comenzaron a considerarla como el instrumento consuetudinario del Gobierno papal para regular el orden en la Iglesia y la ortodoxia doctrinal; por ejemplo, procesó y condenó a Galileo en 1633. En 1965 el papa Pablo VI, respondiendo a numerosas quejas, reorganizó el Santo Oficio y le puso el nuevo nombre de Congregación para la Doctrina de la Fe.

Inquisición española

Diferente también de la Inquisición medieval, la Inquisición española se fundó con aprobación papal en 1478, a propuesta del rey Fernando V y la reina Isabel I. Esta Inquisición se iba a ocupar del problema de los llamados marranos, los judíos que por coerción o por presión social se habían convertido al cristianismo; después de 1502 centró su atención en los conversos del mismo tipo del Islam, y en la década de 1520 a los sospechosos de apoyar las tesis del protestantismo. A los pocos años de la fundación de la Inquisición, el papado renunció en la práctica a su supervisión en favor de los soberanos españoles. De esta forma la Inquisición española se convirtió en un instrumento en manos del Estado más que de la Iglesia, aunque los eclesiásticos, y de forma destacada los dominicos, actuaran siempre como sus funcionarios.

La Inquisición española estuvo dirigida por el Consejo de la Suprema Inquisición, pero sus procedimientos fueron similares a los de su réplica medieval. Con el tiempo se convirtió en un tema popular, en especial en las zonas protestantes, por su crueldad y oscurantismo, aunque sus métodos fueran parecidos a los de instituciones similares en otros países católicos romanos y protestantes de Europa. Sin embargo, su superior organización y la consistencia del apoyo que recibía de los monarcas españoles, descollando Felipe II, hicieron que tuviera un mayor impacto en la religión, la política o la cultura que las instituciones paralelas de otros países. Esta eficacia y el apoyo político permitieron a Tomás de Torquemada, el primero y más notable gran inquisidor, ejecutar por miles a supuestos herejes.

El gran inquisidor y su tribunal tenían jurisdicción sobre los tribunales locales de virreinatos como México y Perú, donde estuvieron más ocupados con la hechicería que con la herejía. El emperador Carlos V introdujo la Inquisición en los Países Bajos en 1522, pero no consiguió acabar con el protestantismo. Se estableció en Sicilia en 1517, aunque no lo pudo hacer en Nápoles y Milán. Los historiadores han señalado que muchos territorios protestantes tenían instituciones tan represivas como la Inquisición española, por ejemplo el consistorio de Ginebra en tiempos del reformador francés Juan Calvino. La Inquisición quedó al fin suprimida en España en 1843, tras un primer intento, fallido, de los liberales en las Cortes de Cádiz, en 1812.

Una vez consolidado el poder de la Iglesia Catolica sobre Europa al principio de la Edad Media, los herejes pasaron  a ser considerados enemigos de la sociedad. El crimen de la herejia fue definido como un acto deliverado de negacion a los articulos de la Fe Catolica y su publica y obstinada persistencia en el supuesto error.  

Originalmente la represion de las herejias fueron organizadas como Cruzadas  hasta la llegada del Papa Greogorio en el año 123 quien instituyo la Inquisicion para el arresto y juicio de los herejes. La palabra  "inquisicion" deriba del verbo Latin (inquirir). Los Inquisidores no esperaron por las denuncias y se abalanzaron sobre los pueblos para buscar y cazar a personas para acusarlas de herejia. Aunque la Inquisicion fue creada para combatir a las herejias Catar y Waldenses, la  Inquisicion mas tarde extendio sus actividades para incluir brujas, adivinos, blasfemos, y otros sacrilegos.

 

 

Otra causa por la cual el Papa Gregorio IX creo la  Inquisicion fue para instalar orden y legalidad al proceso de justiciamiento de la herejia, porque existia la tendencia de las multitudes lideradas por curas locales a quemar personas vivas sin juicio. Otra razon fue que despues de las cruzadas se extermino toda competencia contra la Iglesia, y la Inquisicion quedo como cuerpo policial/para-militar para la prevencion de resurgimientos ideologicos, poniendo a su dispocision todas las armas de captura, interrogacion y desaparicion de los subversivos. Superficialmente se dice que la intencion del Papa Gregorio fue la creacion de una corte de investigacion  para inquirir sobre los pensamientos y creencias de las personas. Si estos pensamientos o creencias no estaban dentro de la estructura Catolica entonces el librepensador o hereje era "instruido" en doctrina ortodoxa. La esperanza cristiana era que el hereje viera la falsedad de sus opiniones y que retornara obedientemente al ceno de la Iglesia. Si el   continuaba con sus ideas, el Papa Gregorio,  creia necesario la entrega del reo a las autoridades civiles para asegurar la proteccion de la  comunidad catolica. El hereje era entregado a las autoridades civiles debido a que  la libertad de pensamiento y culto no solo violaba la ley de la Iglesia sino tambien la ley de los Reyes Catolicos. Las autoridades civiles aplicaban su propia pena por el crimen de la libre expresion, el cual incluia la quema en la hoguera.

Los Inquisidores o jueces de esta Inquisicion Medieval eran reclutados exclusivamente de las ordenes Franciscanas y Dominicanas. Al principio de la creacion de esta institucion, los Inquisidores recorrian la campiña en busca de herejes, pero esta practica no duro mucho. Al poco tiempo los Inquisidores adquirieron el derecho de emplazar a los sospechosos  de su casa directamente a la corte Inquisidora. La organizacion medieval funciono limitadamnete en el norte de Europa, pero fue en Francia y en el norte de Italia donde encontro su centro de trabajo. Esto corresponde a los centros de cultura y pensamiento de la epoca.

A travez de la historia de la Inquisicion existio la rivalidad entre las jurisdicciones eclesiasticas y seculares. Pero la Iglesia siendo el poder absoluto dicto en cuestion de fe y manipulo a los reyes a su gusto estableciendo asi su control sobre la vida civil. Un rey por no obedecer podia quedar en condicion de pordiosero con  el simple acto de ser excomulgado y de esta forma manipulaban a toda Europa mediante el terror. No solo a pobres viejas parteras y curanderas, filosofos y cientificos sino tambien al mismo rey. 

El Taller del Inquisidor

 Divino Emblema de la Inquisicion Española

 

El destino del Hereje

 Durante la inquisicion española, los herejes eran encarcelados sin ser acusados formalmente y encadenados en frias y  ediondas mazmorras infestadas de insectos y ratas, solo ellos y su excremento. Pan duro y hongueado con agua sucia suplementaban la dieta de cucarachas y arañas.


    "O de nuevo, un prisionero que se rehusaba a confesar era dejado en soledad y oscuridad por semanas, meses o hasta años, porque a la inquisicion el tiempo no le incumbia, podia esperar y asi mediante, poder salvar la vida de otra alma equivocada.
Si unas pocas semanas o meses no convencian al hereje acusado, el tiempo se transformaba en años, los años en decadas y asi el prisionero quedaba en su horrible mazmorra sin ser nunca juzgado. Hay muchos casos donde tres, cinco o hasta diez años pasaron entre la primera audiencia y el jucio final del reo, tiempo en el cual el acusado se pudria en su celda, y hasta periodos mas largos han sido reportados."

Una vez convicto, el prisionero se enfrentaba a los verdaderos terrores.
"Ambos, el inquisidor y el obispo debian de estar presentes. Al prisionero le eran mostrados  los instrumentos de tortura y era incitado a confesar. Al  rehusarse era desnudado y atado y de nuevo instado a confesar y se le prometia misericordia si lo hacia. Estos hombres y mujeres estaban atados y desnudos ante los agrios e implacables frailes mientras veian como calentaban los hierros al rojo vivo, probaban las ruedas de tortura y engrasaban los mecanismos en preparacion para su uso en sus propios huesos y cuerpo".

 

Instrumentos y Metodos

La Pera oral, anal, vaginal



"Eran forzados en la boca, recto o vagina de la victima y alli expandidos a fuerza por el tornillo a su maxima apertura. El interior de la cavidad en cuestion era irremediablemente  mutilada, y casi siempre fatalmente. Las puntas al final de los segmentos servian para cortar mejor la garganta, los intestinos y el cervix."
(El instrumento ilustrado es Veneciano, siglo XVI y consiste de segmentos de bronce y llave. Tome nota de la figura de Satanas en el instrumento de la derecha.)

 

Tortura de la Garrucha


Consistía en amarrar al preso con los brazos hacia atrás, colgarlo y subirlo lentamente. Cuando se encontraba a determinada altura era soltado bruscamente, sujetándosele fuertemente antes de que tocase el piso. El dolor producido en ese momento era mucho mayor que el originado por la subida. Si el preso no confesaba en la segunda estrapada, le colocaban un sobrepeso en los pies a fin de aumentar el dolor

La antes mencionada tortura llevaba el nombre de  'strappado' en Italia, metodo el cual fue usado en Savonarola. En el año 1497 Girolamo Savonarola fue puesto en el  tratti di fune o strappado. Savonarola fue dejado caer 14 veces. Semanas despues, fue atado a la estaca y quemado vivo en la Plaza della Signora.... 

 

Tortura del Potro

 

Dos variaciones de la tortura del potro. A la izquierda version americana, a la derecha version europea. 

La victima es atada al instrumento y estirada rapidamente o gradualmente por periodos de dias. Se reportaron casos de cuerpos estirados hasta doce pulgadas como resultado  de la sistematica dislocacion de cada cuyuntura del cuerpo, fuertes ruidos de huesos dislocados, gritos de agonia y futiles pedidos de misericordia retumbaban por el taller del inquisidor. Con el prisionero atado a este horrible aparato, el inquisidor tambien usaba un variedad de torturas mas sutiles. Pinzas de hierro al rojo vivo para arrancar pezones, lenguas, orejas, narices y genitales eran usadas, o los intestinos eran sacados del orificio mediante poleas mecanicas ante los ojos de la propia victima. Cruces al rojo vivo estampadas en la carne del reo lo traia un poco mas cerca al Señor y Su Divina Misericordia.

 

En Francia...

"Durante el regimen de la inquisicion en Francia, la tortura fue sistematizada y reducida a la forma mas simple. Solo dos formas eran reconocidas, la ordinaria y  la extraordinaria. La ordinaria consistia en atar las muñecas de la victima a un anillo de hierro en la pared y en atar los pies a un segundo anillo en el piso. Despues, al tirar las sogas, el desafortunado podia ser estirado hasta que sus huesos se dislocaran. La tortura extraordinaria consistia en la "cura del agua" en la cual se administraban tres litros de agua a presion a la victima. El modo de ejecucion tambien estaba establecido. El hereje sentenciado a muerte era atado a una cruz de madera. El verdugo entonces quebraba los huesos de las piernas y los brazos en dos lugares mediante el uso de una barra de metal, y asi la victima era abandonada para que muriera. " (Las ejecuciones en general eran en publico con las mejores posiciones al mas alto precio. En los paises cristianos las ejecuciones publicas eran una forma de entretenimiento popular)

 

 

 

 

Tortura de Agua o "cura de agua"

 

Estandarizado en Francia pero usado a traves de la cristiandad la tortura mantenia  al  procesado totalmente inmovilizado sobre una mesa de madera, le colocaban una toca o un trapo en la boca, deslizándolo hasta la garganta; luego, el verdugo procedía a echar agua lentamente, produciéndole al infeliz la sensación de ahogamiento.

Otra costumbre era tomar el cuerpo vivo y quebrado de la victima y atarlo a una escalera o rueda. Estas ruedas eran puestas arriba de un palo alto, asi el pecador podia morir en lo alto, con buitres y cuervos como sus ultimos compañeros. Esta tortura tambien se llamaba la "Rueda de Santa Catalina".

La Tortuga



Comprimir o triturar bajo una madera con peso encima (tambien llamado la tortuga) era un metodo comun entre los ingleses. En esta foto del siglo XVI se muestra la "tortuga" con su variacion de la "balanza", un tronco puesto en la espalda de la victima para que el espinazo se quebrara bajo el peso. En la parte superior del dibujo se puede apreciar un preso en el cepo.

 

El cepo era el modo de espera en Europa y America para aun mas terribles tormentos. No era una tortura en si.

"A veces los condenados a muerte eran lentamente cocinados en un gran horno de metal en forma de toro. Esta tortura era una especialidad española. Como en el caso del famoso toro del Castillo de San Carlos cerca de Maracaibo Venezuela. Otras veces eran atados a palos rotativos o eran cocinados en parrillas, sus cuerpos chirriantes eran adobados con la grasa de sus propios cuerpos."

 La Pena del Garrote

  Este tipo de muerte era reservada para aquellos que tenian dinero y podian pagar para no morir tan dolorosamente en la hoguera  o para las victimas cuya sentencia a la hoguera ya habia sido leida pero que, despues de dicha lectura, se arrepintieron. Con esto se les evitaba morir quemados vivos y todos los dolores atroces que implicaba. Ademas obtenian el perdon de sus pecados, lo que si bien no les servia para salvar sus vidas , si les era util para "salvar" sus almas.


Tornillo de silla del garrote. Esta silla italiana del siglo XVI muestra el anillo usado para sujetar la nuca de la victima. El tornillo se introducia lentamente en la nuca del condenado

 

Tortura de los Azotes

El preso era inmovilizado en el cepo de las manos y del cuello, dejando desnuda su espalda, en donde le aplicaban la cantidad de azotes que determinase el Tribunal. Su número variaba entre 50 y 200, dependiendo de la gravedad de las faltas cometidas y la consistencia física del encausado. El castigo del azote, a diferencia de los otros, no se aplicaba para obtener la confesión sino como parte de la sentencia, en los casos en que se había determinado la culpabilidad de los reos en faltas graves.

 

Cuando había una cierta cantidad de condenados por la Inquisición, se celebraban los llamados "Autos de Fe"....

Comienza la fiesta

Generalmente treinta días antes del auto se comunicaba por pregón público a todo el pueblo acerca de la fecha de la aplicación de sentencias. El pueblo se preparaba para asistir en pleno a la plaza mayor o al atrio de la iglesia . El día fijado, muy temprano, las autoridades de la ciudad se reunian y llegaban a la residencia de los inquisidores para escoltarlos al lugar del auto. Luego de una larga misa (a veces seguida de una procesión) aparecía la columna de los condenados. Abría la columna una cruz verde cubierta con un crespón negro y estaba flanqueada por todos los clérigos de la ciudad, los Soldados de la Fe y los ciudadanos ilustres de la ciudad. Estos personajes conducian a los condenados por todo el camino.

 

"El camino estaba lleno de espectadores, hombres, mujeres y niños se veian entremezclados con carruajes lujosos, damas y caballeros. El pueblo se desesperaba por insultar y maltratar a los reos en su camino hacia la muerte. Muchos iban amordazados.

En el campo el ambiente era festivo. El gran broche final de la fiesta se aproximaba. Los alli presentes cuidaban su puesto celosamente mientras los vendedores ambulantes caminaban entre la multitud ofreciendo sus productos.

 

 

Las Victimas

La victima llevaba una vela verde apagada y un sombrero en forma de cucurucho de papel sobre la cabeza. Sobre el cucurucho se dibujaban los símbolos de su "delito" —brujas sobre escobas, diablos en situaciones obscenas— Vestian lo que se denominaba sambenito, palabra que es una deformación de "saco bendito":Esta vestimenta era de color amarillo, en el cuello llevaban una soga como símbolo de su futuro. Los blasfemos portaban una llamativa mordaza en la boca o se les cortaba la lengua para evitar que insultaran al Señor mientras morian incinerados.

 

 

Aquellos que eran declarados rebeldes por mantener sus creencias, eran condenados a la hoguera. Algunos se arrepentían momentos antes de aplicar la pena y se les otorgaba la gracia de ser ahorcados primero antes de caer en las llamas, como una medida «humana» para evitar el sufrimiento del fuego. Gerardo Loyo menciona una frase muy popular en la América colonial:" El que entre en la Inquisición, si no lo queman, de todos modos sale chamuscado"" (Loyo 1997: 3).

 

Al llegar al quemadero...

 

Auto de Fe

 

Las victimas son colocadas ante el Gran Inquisidor, quien en su vestimenta de gala toma juramento a todos los presentes.

Se leen las condenas y comienza la quemazon entre risas, gritos y desgarradores alaridos de dolor...

 

 

 

La muchedumbre se deleita al mirar los gestos del condenado entre las llamas, haciendoles recordar imagenes sagradas del purgatorio y el infierno.

La diversion no terminaba alli

Este no era el unico fin....

habia otras formas para otras ocasiones

 

Sobre los relajados en estatua y la quema de cadaveres

Algunos eran relajados en estatua, o sea, que estos herejes eran fujitivos o ya fallecidos. Las estatuas eran de papel y carton y dibujadas con llamas. Muchas veces se llego a desenterrar cadaveres para quemarles los huesos. Esto parece una tonteria, pero no cuando se toma en cuenta que la iglesia se quedaba con todos los bienes del cadaver en estos casos.

 

 

La Estrangulacion

Algunos tenia la suerte de ser estrangulados antes de ser quemados vivos. La Iglesia consideraba esto como un acto de "humanidad". Esta suerte se debia a que el desafortunado era rico o bien se arrepentia de sus ideas y aceptaba los valores cristianos antes de morir. Note la mitra en la cabeza de la condenada.

La Rueda

 

La víctima, desnuda, era estirada boca arriba en el suelo o en el patíbulo, con los miembros extendidos al máximo y atados a estacas o anillas de hierro. Bajo las muñecas, codos, rodillas y caderas se colocaban, atravesados, trozos de madera. El verdugo, asestando violentos golpes con la rueda, machacaba entonces hueso tras hueso y articulación tras articulación, incluídos los hombros y caderas, con la rueda de borde herrado, pero procurando no asestar golpes fatales.

 

La víctima se transformaba, según las observaciones de un cronista alemán anónimo del siglo XVII, “en una especie de gran títere aullante retorciéndose, como un pulpo gigante de cuatro tentáculos, entre arroyuelos de sangre, carne cruda, viscosa y amorfa mezclada con astillas de huesos rotos”. Después se le desataba e introducía entre los radios de la gran rueda horizontal al extremo de un poste que posteriormente se alzaba. Luego los cuervos arrancarían tiras de carne y vaciarían los ojos hasta que llegaba la muerte, con la que probablemente era la más larga y atroz agonía que el poder era capaz de infligir.

 

Junto a la hoguera y el descuartizamiento, éste era uno de los espectáculos más populares entre los muchos parecidos que tenían lugar en las plazas de Europa, más o menos todos los días. Centenares de ilustraciones durante el periodo 1450-1750 muestran muchedumbres de plebeyos y de nobles, deleitándose con el espectáculo de un buen despedazamiento, preferiblemente o, mejor aún, de una o varias mujeres en fila.

 

¿Volvera la cristiandad alguna vez a ser tan divertida?

 

 

Las Jaulas Colgantes


 

Hasta el fin del siglo XVIII, en los paisajes urbanos y suburbanos de Europa abundaban las jaulas de hierro y de madera adosadas al exterior de los edificios municipales, palacios ducales, palacios de justicia, catedrales (imagen a la izquierda) y a murallas de las ciudades, o sencillamente colgando extramuros de altos postes cerca de los cruces de caminos; frecuentemente había varias jaulas en hilera.

 

Las víctimas, desnudas o casi desnudas, eran encerradas dentro y colgadas. Sucumbían de hambre y sed, por el mal tiempo y el frío en invierno, por el calor y las quemaduras solares en verano; a menudo habían sido torturadas y mutiladas para mayor escarmiento. Los cadáveres en putrefacción generalmente se dejaban in situ hasta el desprendimiento de los huesos.


 

La Sierra

No se necesitan muchas explicaciones después de contemplar este instrumento. La historia abunda de victimas que sufrieron este suplicio, quizás peor que la cremación lenta o la inmersión en aceite hirviendo. Debido a la posición invertida que asegura suficiente oxigenación del cerebro e impide la pérdida general de sangre, la víctima no perdía el conocimiento hasta que la sierra alcanzaba el ombligo, e incluso el pecho, de ser ciertos algunos relatos de principios del siglo XIX.


 

La Biblia nos enseña (II Samuel 12:31) que David, Rey Hebreo y Santo Cistiano, exterminó a los habitantes de Rabbah y todas las otras ciudades amonitas por el método de poner hombres, mujeres y niños “bajo sierras, rastrillos y hachas de hierro y en hornos de ladrillos”. Este santo ejemplo ha contribuído grandemente a la aceptación de la sierra, el hacha y la hoguera entre los hombres cristianos de bien. La sierra se aplicaba a menudo a homosexuales de ambos sexos, aunque predominantemente hombres. En la Alemania luterana la sierra aguardaba a las cabecillas de los campesinos rebeldes, y en Francia a las brujas preñadas por Satanás.
 

 

 

La Estaca

La estaca era una forma "informal" de matar a los infieles. Cientos de miles murieron de esta forma bajo manos cristianas. Muy popular durante las cruzadas.

Investigación de:  F. S.